En el corazón del Parque de la Alameda de Santa Susana, entre los robles y las camelias, se encuentra un monumento que ha capturado la imaginación y el cariño de los habitantes de Santiago de Compostela: la estatua de Las Dos Marías.
Las Dos Marías, cuyos nombres reales eran Maruxa y Coralia Fandiño Ricart, fueron dos hermanas que se convirtieron en un símbolo de la ciudad. Durante varias décadas, desde los años 50 hasta principios de los 80, las hermanas paseaban diariamente por la Alameda, saludando a los estudiantes y repartiendo sonrisas y alegría.
Vestidas con ropa colorida y maquillaje llamativo, Las Dos Marías se convirtieron en un punto de referencia en la vida de la ciudad. Su presencia constante y su actitud alegre y amigable las convirtieron en personajes queridos por la comunidad.
En 1994, la ciudad decidió rendir homenaje a Las Dos Marías con una estatua de bronce en la Alameda. La estatua, que muestra a las hermanas de la mano y sonriendo, se ha convertido en un lugar de encuentro popular y un recordatorio de la alegría y la amabilidad que las hermanas aportaban a la ciudad.
Visitar la estatua de Las Dos Marías es una tradición para muchos habitantes de Santiago y visitantes de la ciudad. Es un lugar para hacer una pausa, reflexionar y recordar la importancia de la alegría, la amabilidad y la comunidad.
Así que, ya seas un residente de Santiago o un visitante, te invitamos a visitar la estatua de Las Dos Marías en la Alameda de Santa Susana. Ven a rendir homenaje a estas dos mujeres que, con su alegría y su espíritu amigable, dejaron una huella imborrable en el corazón de Santiago de Compostela.
Las Dos Marías son un recordatorio de que, incluso en los momentos más sencillos, podemos encontrar alegría y conexión con los demás. Y su estatua en la Alameda es un monumento a la amabilidad, la alegría y el espíritu comunitario que hacen de Santiago de Compostela un lugar tan especial. ¡Nos vemos en la Alameda!
